El siguiente párrafo fue tomado del artículo: Para la identidad de género no basta el cuerpo; publicado por la revista TRECHO.
“…Se visten para ser “vistas”
Se visten para ser “vistas”, para no pasar “desapercibidas” en un intento de fundirse a la larga con el resto de la sociedad. Actualmente se consideran un sector de la población invisible, a pesar de sus usualmente llamativos atuendos…”
El travestismo desde una óptica filosófica podría quizá plantearse en las siguientes tres facetas:
1.-Ser travesti,
2.-Tratar de ser travesti y,
3.- Fingir ser travesti
Mi premisa fundamental es que estamos hablando de tres cosas diferentes.
La primera puedo definirla como aquel travestismo que se hace, se vive y se experimenta de un modo muy elaborado, cuidando todos y cada uno de los detalles. Es más un arte de la transformación que otro tipo de expresión, se trata principalmente de una afición que se lleva al límite dentro de los límites físicos y sicológicos de cada persona que lo practica.
Se busca la armonía estética entre el vestuario, el físico, el maquillaje, los zapatos, los accesorios la peluca, la forma del rostro, etc. Se tiende a un equilibrio y a la búsqueda de un estilo propio para posteriormente usarlo como una definición o sello característico de la personalidad alternativa.
Este grupo es una minoría dentro de las minorías.
La segunda, correspondería a la semi-práctica de la actividad, es decir, es estos casos no existe, por múltiples razones, una búsqueda definida de una imagen, esta práctica se aproxima más al travestismo fetichista, donde lo que se busca es la excitación sexual para concluir con la masturbación. Es hasta cierto punto fácil distinguir a quienes practican esta faceta ya que la práctica común es mostrarse con atuendos totalmente discordantes entre sí, es decir, una imagen donde nada combina con nada, donde además la regla general es no mostrar nunca el rostro o cuando menos difuminarlo con algún truco de software. Otra característica distintiva es que mayormente se muestran en ropa al extremo sugerente que desentona completamente con el físico, donde las líneas físicas del cuerpo en muchos casos excedidas, sobrepasan los límites elásticos de la ropa con el lamentable resultado que se están imaginando.
Es también común observar una imagen algo definida pero que no encuadra con la edad de la persona en cuestión, por ejemplo, una persona de 50 o más años usando ropa más apropiada para una chica de menos de 20 años.
Este grupo es bastante numeroso, tanto en la calle como en la red.
La tercera faceta aún cuando es la más simple de identificar, desde un punto de vista crítico es la más difícil de descifrar. Quienes habitualmente rondan esta esfera tienen a mostrarse de un modo predominantemente sexual. Solo muestran sus genitales, su ropa interior, etc. La mayor parte de las veces sin la más mínima atención a los detalles, por lo que es usual verlos con las piernas sin depilar o luciendo diminutas prendas intimas en las cuales, solo porque los milagros existen, son capaces de meterse, mientras todo lo demás se desparrama alegremente víctima de la gravedad newtoniana.
Este grupo es casi inexistente en la calle y mucho muy numeroso en la red.
La psique social tiende a rechazar aquello que estéticamente es discordante en una persona, tildándola de desviada, pervertida y muchos otros calificativos, ya que se piensa que existe una seria alteración sicológica en quienes se exhiben de este modo.
Si bien el gusto se rompe en géneros y cada quien es libre de practicar la faceta que más le satisfaga, es un hecho que para la sociedad en su conjunto los grupos 2 y 3 les resultan de extremo rechazo.
Cabe aquí preguntarse:
¿A qué grupos (1, 2 ó 3) defienden aquellos quienes más fervientemente pelean por los derechos de la llamada comunidad T?
GRUPO I
GRUPOII
GRUPO III
¿Qué sería más aceptable para la psique social ver pasear por las calles?
Grupo I
Grupo II
Grupo III
Quizá la lucha por los derechos debiera darse en un ámbito serio, culto y lleno de dignidad femenina y no en fiestecitas de fin de semana y menos en desfiles extraños donde cada cual saca a relucir lo peor de su guardarropa dando a entender a la sociedad en su conjunto que todas la chicas TV somos iguales.
Por un travestismo digno, llevado con orgullo y clase.
Claudia Abril, Sept. 2010